Los acuerdos en la empresa familiar

Los acuerdos en las empresas familiares

Hace algunas semanas la corte suprema de justicia de Mendoza realizó un fallo referido a un acuerdo familiar realizado hace muchos años. Retomó una planificación sucesoria que distribuía diferentes unidades de negocios entre los hermanos y que, en su momento, sirvió para compensar a todos los miembros. De todos modos, tras un nuevo giro, se apelará ante la Suprema Corte de la Nación.

Siendo especialistas en empresas familiares y a pesar de no serlo en derecho, conocemos del tema porque la planificación sucesoria de bienes y unidades de negocios es de tratamiento habitual en el ámbito de estas empresas.

En los últimos años a expensas de la difusión de los beneficios se llevan adelante acuerdos entre los miembros de la familia que abordan asuntos de planificación sucesoria que van mas allá de cuestiones patrimoniales. No son meras propiedades, son unidades de negocios, y otras cuestiones que tienen que ver con las relaciones familiares, temas de gestión, apuntando a un futuro de armonía, consenso y crecimiento.

Todos estos aspectos se plasman en un documento que es el Protocolo Familia/Empresa. El Protocolo es un acuerdo de buena fe entre los miembros de la familia, los asuntos patrimoniales tienen un correlato legal que adjudica propiedades y/o unidades de negocios entre los distintos familiares. Por esto mismo, este tema conocido a nivel nacional, nos parece que puede ayudarnos a entender mejor cómo funciona este proceso.

Cuando se realizan acuerdos sobre valores de unidades de negocios se toma en cuenta la situación del momento. Después, la evolución dependerá de cómo es gestionada cada unidad. Los casos como el expuesto son raros y mucho mas raro es que la justicia avale este tipo de revisiones que a ojos vistas no son revisables.

El tema merece algunas reflexiones

En nuestra experiencia de casi 30 años asesorando empresas familiares vemos que cuando algún conflicto se judicializa es porque detrás hay una historia conflictiva no resuelta con origines difíciles de visualizar, viejas rencillas de celos, sentimientos de injusticia, competencia, preferencias (explícitas o imaginarias) de los padres con algunos hijos.

Cuando hablamos de los procesos de transición y la importancia de la transmisión de la cultura y valores de la familia también vemos que se transmiten situaciones conflictivas de una generación a otra. Vemos primos “peleados” entre sí sin haber participado de ninguna situación que lo amerite salvo que el conflicto está en sus padres. Cuando no está resuelto también se pasan entre generaciones.

Pasan los años y en algún momento estallan como la erupción de un volcán.

Desalentamos la judicialización en casos que con una negociación puede bastar. La primera opción tiene un costo enorme para la familia y para la empresa, esta pierde valor, genera desconfianza en los empleados, clientes y proveedores. No se beneficia nadie.

Por el contrario alentamos los acuerdos, los consensos, aunque haya diferencias como dicen nuestros colegas abogados “siempre es mejor un mal acuerdo que un juicio”.

Los que nos dedicamos a la Psicología Empresarial sabemos que debemos trabajar mucho los procesos de acuerdos, no nos tenemos que contentar con el primer sí, sabemos que después pueden venir los “peros”. Todo hay que revisarlo una y mil veces para que los acuerdos sean exitosos y duraderos.

A pesar de este fallo judicial seguimos apostando a la nobleza de los acuerdos y el protocolo familia/empresa como los instrumentos mas confiables para la continuidad de la empresa familiar.

Recibimos de empresas familiares pedidos y consultas sobre el Protocolo aunque a veces no tienen mucho conocimiento sobre el tema, en esos casos nuestra primera tarea es explicar en qué consiste el Protocolo y cómo es el proceso.

Ofrecemos una primera consulta sin cargo, si te interesa solicitala haciendo click en el siguiente link


** Nota de diario